sábado, 14 de febrero de 2015

¿Por qué dejamos de dibujar?

Este es un artículo que encontré y que me pareció interesante compartir con vosotros:


 Todos los seres humanos tenemos la capacidad innata de dibujar. El dibujo infantil es una parte fundamental de nuestro desarrollo hacia la comprensión del mundo que nos rodea y todos los niños dibujan, como medio de expresión y como juego. Sin embargo, al llegar a la adolescencia algo hace que muchos de nosotros renunciemos a esta capacidad de representación gráfica.



En primer lugar, la escuela no se ha esforzado en potenciar la capacidad de representación gráfica. Como explica Howard Gardner, cuando se refiere a la teoría de las inteligencias múltiples, la educación tradicional se ha centrado en el desarrollo las inteligencias lingüístico-verbal y lógico-matemática relegando a un segundo plano todas las demás, entre ellas la inteligencia espacial dentro de la cual se incluye la capacidad de percepción y representación visual. Por otro lado, el dibujo se ha asociado históricamente al arte y a la estética ignorando todas sus demás aplicaciones que no tienen una pretensión estrictamente artística. Esto condiciona nuestra manera de mirar nuestros propios dibujos y los que nos rodean, calificándolos de “buenos o malos” en base a cánones estéticos académicos como la proporción, el naturalismo, la composición o el equilibrio cromático. Así, a excepción de aquellos cuya manera de dibujar encaja con este canon o quienes poseen una vocación impermeable a toda crítica, la mayoría acabamos concluyendo que “no sabemos dibujar” o “no se nos da bien” y abandonamos la práctica.

Un medio para resolver problemas, visualizar nuestras ideas, analizarlas, criticarlas, mejorarlas, crear ideas nuevas y compartirlas con otros, no un fin. Cuando observamos algo con el propósito de dibujarlo, nuestra mirada es mucho más profunda; comprendemos el funcionamiento de las cosas y proyectamos nuestro pensamiento sobre el papel. El dibujo crea la necesidad de estudiar y responder a los detalles, estimulando la imaginación y el pensamiento. El dibujo es la forma más sencilla y directa de construir mensajes visuales y expresarnos gráficamente. Si lo entendemos como una habilidad humana universal y lo equiparamos al lenguaje verbal, resulta evidente la incoherencia que supone que renunciemos a utilizarlo. Nadie deja de escribir porque tenga ‘mala letra’ o porque no sea un gran escritor. ¿Por qué aceptar que estos mismos motivos justifiquen el que dejemos de dibujar? Al fin y al cabo escribir y dibujar no son tan diferentes si consideramos que las letras son grafismos. La alfabetización visual, entendida como capacidad para producir y leer imágenes, debe ocupar una posición primordial entre las habilidades que ayuda a desarrollar la educación artística.


En mi opinión, actualmente tampoco se está haciendo nada para evitar que los niños dejen de dibujar, sobre todo con la nueva Ley de Educación que no le está dando importancia a esta área.
Personalmente, creo que es cuando más tienen que hacer hincapié en este tema porque una vez son adultos es más complicado revertir esta práctica, el gusto por el dibujo.
Sé que hay gente que a través del dibujo consiguen expresar aquello que a veces no se puede con palabras y lo valoro, porque yo soy una de esas personas que dejó de dibujar por placer, por iniciativa propia y la verdad es que me hubiera gustado no perder esta costumbre.

Extraído de: el clip infinito

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