Todos los seres humanos tenemos la capacidad innata de dibujar. El dibujo infantil es una parte fundamental de nuestro desarrollo hacia la comprensión del mundo que nos rodea y todos los niños dibujan, como medio de expresión y como juego. Sin embargo, al llegar a la adolescencia algo hace que muchos de nosotros renunciemos a esta capacidad de representación gráfica.
Un medio para resolver problemas, visualizar nuestras ideas, analizarlas, criticarlas, mejorarlas, crear ideas nuevas y compartirlas con otros, no un fin. Cuando observamos algo con el propósito de dibujarlo, nuestra mirada es mucho más profunda; comprendemos el funcionamiento de las cosas y proyectamos nuestro pensamiento sobre el papel. El dibujo crea la necesidad de estudiar y responder a los detalles, estimulando la imaginación y el pensamiento. El dibujo es la forma más sencilla y directa de construir mensajes visuales y expresarnos gráficamente. Si lo entendemos como una habilidad humana universal y lo equiparamos al lenguaje verbal, resulta evidente la incoherencia que supone que renunciemos a utilizarlo. Nadie deja de escribir porque tenga ‘mala letra’ o porque no sea un gran escritor. ¿Por qué aceptar que estos mismos motivos justifiquen el que dejemos de dibujar? Al fin y al cabo escribir y dibujar no son tan diferentes si consideramos que las letras son grafismos. La alfabetización visual, entendida como capacidad para producir y leer imágenes, debe ocupar una posición primordial entre las habilidades que ayuda a desarrollar la educación artística.
En mi opinión, actualmente tampoco se está haciendo nada para evitar que los niños dejen de dibujar, sobre todo con la nueva Ley de Educación que no le está dando importancia a esta área.
Personalmente, creo que es cuando más tienen que hacer hincapié en este tema porque una vez son adultos es más complicado revertir esta práctica, el gusto por el dibujo.
Sé que hay gente que a través del dibujo consiguen expresar aquello que a veces no se puede con palabras y lo valoro, porque yo soy una de esas personas que dejó de dibujar por placer, por iniciativa propia y la verdad es que me hubiera gustado no perder esta costumbre.
Extraído de: el clip infinito
Buena referencia, gracias. También podrías dar tu opinión...
ResponderEliminarEl último párrafo de la entrada es mi opinión Pilar
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